E. F. y otros en la cafetería Celda 211

Posted by Eduardo Flores | Posted in , | Posted on 11:56


...y no consigo resolver el debate que entre dos partes de mi misma persona se mantiene y que se me antoja gilipollez, o me temo, algo peor…


Sucede que cada jornada, entre dos y cuatro de la tarde más o menos, se me puede encontrar maldiciendo en teclas o enfrascado entre las páginas de alguna de mis libretas o de algún libro en cierta cafetería de Cádiz. Y ahí me encuentro.

Mientras las palabras se dibujan torpemente en el monitor del ordenador, justo detrás de mí, en la barra, un señor que conozco por frecuentar él también la misma cafetería para su dosis diaria de alcohol, escucha atentamente como otro personaje no menos peculiar y no menos perjudicado, le explica desde un claro desconocimiento de autor y obra los pormenores de la visita profesional que un mediático escritor hace a la ciudad con motivo de su último trabajo. Lo curioso no es que este explicador no tenga en realidad ni puñetera idea de quién es Arturo Pérez-Reverte. Lo que me sorprende e impide que en esos momentos pueda seguir con la labor en la que me empeño en estas horas de dulce café, es por lo que acierta al respecto del mencionado escritor; algo que presumo –literatura al fin y al cabo- bastante alejado de lo que seguramente sean sus etílicos debates de barra de bar. Además, el otro no pierde punto de lo que éste habla ¿acabarán ambos cogiendo un libro cuando la más que asegurada resaca les permita una débil sinapsis neuronal?


No me parece en absoluto, la laureada Celda 211 (Daniel Monzón, 2.009), tan buena película como se hace constar en todas y cada una de las reseñas que había leído hasta ayer mismo, día en que me propuse ver la película. Pienso que la idea es bastante buena: Un motín carcelario en el que un joven funcionario de prisiones (Alberto Ammann), queda por mano del infortunio, atrapado dentro de las rejas que habría de custodiar. Comparto lo destacable en la ya archivalorada interpretación del personaje de “Malamadre” por Luis Tosar, pero no me parece menos loable la de algunos de los personajes secundarios que interpretan a los delincuentes y drogatas que siguen a éste en el secuestro del módulo en el que se encuentran encuevados,utilizando como rehenes a tres presos etarras.

Casi me atrevería a decir que el personaje, el “Calzones”, que interpreta Alberto Ammann, se carga buena parte de la película por una interpretación poco expresiva, quizá motivada por un error en la elaboración de los papeles.

En definitiva, una película que no considero desechable. Pero eso sí, desmerecedora de tanto premio y por la que es justo romper una lanza por salirse de los tiestos habituales del cine español. Una cinta válida, entretenida, cuyo personaje principal de la trama vive a la sombra de otro por motivos de guión y una más que probable escasa experiencia en el oficio.





Comments Posted (2)

  1. No estoy de acuerdo contigo con respecto a la crítica de la película Celda 211, creo que es bastante buena, de lo mejorcito del cine español, pero lo que más me gusta de la película es que refleja la cruda realidad, es decir, que no es de esas películas fantásticas típicas de Hollywood donde esas quejas hubieran sido escuchadas y atendidas, todo un maravilloso mundo utópico, aquí todo acaba donde empieza, en la realidad... por mucho motín que hagas... Sino fíjate en la frase final del tio del ministerio que hace un balance "bueno" de la situación ¿balance bueno? Creo que es buen cine.

  2. Hermana,

    Cito: Lo mejorcito del cine español; la cruda realidad; no es de esas películas fantásticas típicas de Hollywood.

    El argumento de que Celda 211 sea un leve destello entre toda la basura que sale del cine español se me antoja cuando menos, pobre, para poder calificarla de buena.

    No soy demasiado experto en el sistema penitenciario español pero por lo poco que conozco, la película, no se puede considerar un reflejo veraz de la realidad carcelaria, cosa que por otro lado no intuyo como intención en la película.

    No creo que pienses que todo lo que sale de Hollywood pueda ser considerado buen cine, sino más bien lo contrario y por ello, de todas las macroproducciones que surgen de la meca cinematográfica, también suelen destacar aquellas cintas que sacan en lo más mínimo los pies del plato.