Aquí y ahora.

Posted by Eduardo Flores | Posted in | Posted on 20:01

No es uno siquiera mínimamente consciente de lo extraño y cruel que es este mundo en el que, se supone o nos lo hace suponer nuestra propia razón humana, una deidad noble nos ha colocado a modo de regalo. Mientras observo, cabizbajo y maldiciendo mi suerte, la práctica pero antiestética fachada de la fábrica en la que me dispongo a dejar una copia de mi currículum, pienso en las degeneradas y obscenas personalidades que se reúnen en Sitges al más puro estilo de las novelas negras, para pergeñar las impensables tramas que dirigirán los pasos que han de dar para llevar a la humanidad a Dios sabe donde. Desde el auricular la radio me habla de la insufrible aventura de la futura (¿y esperada?) reforma laboral. También me pone al día la radio de las últimas noticias en torno al trágico y vergonzoso incidente acaecido en las aguas internacionales próximas a oriente medio. Sí, esa en la que unidades de asalto marítimo del ejército israelí abordaron la solidaria escuadra de buques que arañaban el Mediterráneo, con un cargamento de amor en forma de recursos básicos destinados a los olvidados habitantes del gueto que es la franja de Gaza. Y yo, ya digo, absorbiendo la miseria y el dolor, dejando atrás –en el coche- la pasión derramada de la voz de Miguel Poveda, en la puerta de otra fábrica más, en busca de una oportunidad que me permita entrar al trapo de este juego que es vivir el siglo XXI.