Digamos, que el mundo es y existe con todo lo que ello conlleva: el universo, que es ese desconocido medio en el que se aloja; el agua, donde incluyo los mares, océanos, lagos y ríos; la tierra que pisamos… Sobre todo esto, también es menester citar todo el despliegue de objetos, vidas animales y vegetales, y materias inertes. Para resumir, os llamo a pensar en todo aquello que es conocido por el hombre, ya sea experimentado o bien en pura teoría.
Algo destacable sería la labor de los científicos en los procedimientos de investigación , que tanto ha ayudado al ser humano, para comprender lo que sabemos que existe sobre el medio en el que nos desarrollamos como animales racionales. Y voy más allá, como seres que, no contentos con la capacidad de pensar, buscamos la esencia , origen, y finalidad de este Todo tan complejo y maravilloso que nos rodea. Sí, sin lugar a dudas, los científicos de todas las materias, desempeñan una magnífica labor por y para la humanidad. Tampoco quisiera dejar aparcado a otro tipo de científicos que no incluyo en el gremio anterior: los filósofos. La función de estos en nuestra historia ha sido determinante en el orden y organización de nuestra especie, hasta el punto de que les debamos, el que pueda, nuestro bienestar social y político. En este grupo, aunque habrá quien no esté de acuerdo conmigo, también incluiré a los teólogos.
Explicar qué es la poesía se me antoja tarea harto complicada, pero lo que sí me consta es, que tiene mucho que ver con todo lo que he hablado antes. Lo penoso del asunto trata de la exclusividad que a esta se le ha dado en los temas amorosos, cuando en la historia de la literatura queda bastante claro que dicha exclusividad es una atribución injusta. Es más, la gente más allegada de mi entorno personal ajenos al mundo de la poesía, cuando se entera de mi afición, por decirlo de alguna manera, por la poesía, se argumentan en la burla fácil y en la sorna al recitarme por ejemplo aquellos versos de “No es cierto ángel de amor…” No les culpo, mas por ello, no dejo de verlo penoso e injusto.
¿Qué hace un poeta? ¿Qué es poesía? El poeta es un transmisor. Un transmisor que usa la lengua para transmitir un mensaje y hasta ahí, ya está haciendo algo del todo común por la definición de comunicación. Entonces diremos que es un comunicante. También un científico, o un filósofo, llegados al punto es un comunicante después de haber realizado sus respectivas pesquisas. De hecho, llegados a este punto, dichos oficios coinciden en algunos casos con la poesía, en la historia y en la actualidad. El poeta y pretendo ir al grano, intuye de las cosas de una manera lúcida pero subjetiva la esencia que estas les ofrece. Por poner un ejemplo, diré que el poeta no se conforma con ver un vaso y ya está, asimilar que está ahí, que esté lleno o vacío, que sea del tipo que sea. No, eso al poeta no le basta. El poeta asume lo abstracto de ese vaso, lo intuye, dentro de sí lo descompone hasta extraer de él todas sus características, y lejos del científico que lo mostraría con argumentos puramente teóricos, transmite su esencia con el mismo subjetivismo con el que lo ha intuido, y haciendo uso de los recursos explicativos o poéticos de la palabra lo vierte al exterior. El lenguaje cotidiano no permite, en la mayoría de los casos, expresar con la suficiente claridad esa esencia de las cosas. Por esto mismo, en ocasiones, la poesía se nos presenta tan misteriosa, por lo que dista de ella al lenguaje cotidiano que se esfuerza más en reducir que en explicar. Obviamente, si leemos un poema de Góngora, nos será difícil en un principio desentrañar su mensaje, pero entendamos que en ese caso estamos tratando de otra época, cuyo lenguaje coloquial también nos sería extraño.
Ya por último, animar a todo neófito en la materia que se pasee por este medio, a que lea, en base a esto más poesía. Que no se dirija de primeras a los clásicos, que busquen en la poesía más reciente y escuchen de qué se habla; verán cómo no todo es amor sino que se abarcan todas aquellas inquietudes que mueven al ser humano, hoy por hoy.
He tratado el tema, de una forma muy generalizada por cuestiones de espacio y tiempo. Espero, en próximas publicaciones, seguir desentrañando con ustedes el oficio de la poesía, y hablar por ejemplo, de ese complejo monstruo llamado metáfora y por supuesto, adentrarnos aún más en la intuición poética.