Felicidad, qué bonito nombre tiene.

Posted by Eduardo Flores | Posted in , | Posted on 10:12

Esta gran amiga, casi una desconocida cercana, me reitera una segunda o una tercera vez, que no podemos exclusivar el origen de nuestra felicidad a una persona. Llevo días pensando en ello, quizá demasiado y el mismo hecho, me obliga por vez primera a pensarlo por escrito que, sin ser mejor o per manera de hacerlo, sí es diferente y por tanto, una gota más al vaso que lleno, nos permite saborear cierto espejismo de lucidez.

Mi amiga, como buen ser humano, derrotada, lucha con la esperanza de que sus propias palabras, se derritan en un futuro no muy lejano por su propia antítesis, aunque de momento, expresar tan poca confianza en el prójimo, le aporte la supervivencia emocional que le permita seguir adelante.

No se lo hago saber deforma directa, y a pesar de que abrazaría tal pragmatismo sin dudarlo, mis visceras no me permiten estar de acuerdo con ella. Mi breve respuesta pública -por espacio y formato- a esta cuestión, me lleva a la típica pregunta de encuesta barata: ¿Qué da la felicidad? ¿El dinero, el amor, la salud? Ya digo, muy breve, respondo con ota pregunta: ¿Acaso es posible disfrutar de estos factores en soledad? Hablo de una soledad -cómo diría- casi espiritual, nada que ver con la compañía física, al caso, un arreglo un placebo puntual, pero que no resolutivo.

En este asunto no se trata de sentar cátedra, ni mucho menos, porque el que escribe es consciente de la complejidad que implica el sólo hecho de mencionar la palabra felicidad. Algo que sí me gustaría, el motivo final de estas públicas divagaciones, es abrir el debate. Invito a aquellos, ocasionales y habituales, lectores de L.M.D.S, a que expresen su sincera opinión sobre tales delicadas profundidades. Desde ya os animo. El resultado, de antemano, se presume interesante.

El Repliegue

Posted by Eduardo Flores | Posted in , , | Posted on 13:10

llorando acaricia el fusil la tierra.
-
entre el miedo y la muerte, el soldado
se desnuda en mitad del combate
con la vida y sus manos. al enemigo
brinda su espalda de cicatriz.
olvida los llantos, el estrépito
de los cristales contra el suelo.
todo lo olvida. aleja de su mente
el sonido que sólo la muerte
puede gritar cuando parte
de los infiernos al infierno.
-
llorando acaricia el fusil la tierra.
-
está tan solo aquel soldado, tan cansado,
tanto y tanto, tan lejos de un abrazo
que apenas recuerda otro lugar entre las arenas.
está tan triste aquel soldado, tan borracho,
tanto y tanto, de odios tan borracho;
tan preso de su naturaleza letal;
tan carente de sonrisas, tanto y tanto.
-
llorando acaricia el fusil la tierra.
-
le bastó al soldado con arrojar sus guantes.
pero jamás deja el soldado de ser la bruma final;
de ser paso lento en las noches, de ser
la daga desnuda que se abriga en la carne;
de ser, el fusil que llora y acaricia la TIERRA.
-
llorando acaricia el fusil la tierra.

sobre el VI encuentro poético en Puerto Real

Posted by Eduardo Flores | Posted in | Posted on 3:12

El espacio en blanco de la tarde-noche de viernes pronto adoptó, todos los colores y de ellos, todas sus inquietantes tonalidades. Así sin más, se desdibujó el inexistente telón del mitificado salón plenario, para dar paso a la poesía; al poema que mana, de que un grupo de personas se reúnan alrededor de una fragua volcánica de pasiones.

Alberto mira, sujeta su cadera. No es dolor su expresión aunque se le parece; al filo de la gallardía libra su cadera, casi roce, tenso, brindándole cada fibra de músculo, todas las gotas de su concentración, a la musa con quien comparte el oficio de poetizar el espacio y el cuerpo; ¡ah! Y la música, que no es música o tal vez sí, es voz. Cristina gira sobre el metro de suelo que es suyo, le pertenece, su mirada tierna y su mirada feroz así lo dice. La música no es música, es voz. Luis, silba frágil sus primeras sílabas, quizá primera escurridiza, segunda y siguientes, más firmes, hasta alcanzar la confianza de quien sabe que el regalo va a gustar. Todas en su lugar correspondiente en cada oído y cada paso, cada gesto de los pájaros que se aman en el centro, cada uno posados, en su plaza en las retinas expectantes. Por ser la primera, como un adiós que dice hola, la canción última ya está latiendo sístoles y diástoles en cada milímetro de los corazones que ocupan la sala.

Cada uno desde su particular escaño ha saboreado la flor. Aquí la poesía se deshace de nombre, de precios; todos nacieron versos en los distintos hogares. Cada uno con su matrona nacieron sinceros, algunos de ellos tan puros que apenas pasaron filtro alguno de sentimientos y emociones. Casi no son poesía sin embargo, el embrujo que los ha hilvanado y los ha servido, convive con ella, se nutre de ella en cada guiño en cada letra. Uno a uno van llorando, riendo, cantando; emociona la voz que se alza segura, la que apenas es captada por el oído pero que transmite su intención, su más puro impulso poético.

AMAR

Posted by Eduardo Flores | Posted in , , , | Posted on 13:11



de tu materia resumo una gota silente y dolorosa.
del escalofrío agotador quisiera
ser víctima de su herida de su muerte,
a la vez correr de su canto. correr lejos.

TRES HERMANOS

Posted by Eduardo Flores | Posted in , , , | Posted on 16:09

tiene los ojos de esparto.
los pies,
las manos,
de esparto el corazón,
las rodillas,
los labios.

tiene los ojos del trueno,
la boca,
los pechos,
del trueno el corazón,
el cabello,
la sonrisa.

tiene los ojos de la nieve.
la cintura,
la voz,
de nieve las mejillas,
las pestañas,
los dedos.
*
*
*
*
tocas su piel; o su piel; o su piel.
puedes tocarla pero nada más. luego
una lluvia desatenta estropea los libros de familia.
un redoble, un pestañeo:
ahora tocan carcajadas, ahora los sollozos,
mas nunca la paz.
dame tu mano; y tu mano; y tu mano.
respondedme
hijos de la temprana derrota respondedme,
vosotros que sabéis que la felicidad existe
en otro tipo de universos
que no se llaman niñez ni adolescencia:
se pueden guardar, la mirada inocente,
los abrazos que jamás sucedieron,
los descalzos pies de la infancia,
los ojos de mamá enamorada de papá,
en tarritos de franca eternidad
*
*
*
*
roza lo ínfimo.
y los deseos
y las ansias de amor
y la vida por vivir
y las baldosas que se nutren de sus desventuras.
roza lo bello y lo caduco.
rozas la soledad de las autovías en las noches
que vivos nos llevaban a Calella.
*
*
*
*
qué ves hermano mío en el espejo?
digo a parte de ese tic de ojos,
de esa furia rizada, esa resaca de llantos.
hermano mío, qué ves? es un hombre?
si no es así corre hermano, pero corre
emprende la búsqueda de la vida serena
antes de que el sol
lance un último alarido en lo que queda de día,
antes de que dos pedacitos de sueño
tengan tiempo de recordar
que tú no veías un hombre
al otro lado del espejo.
*
*
*
*
mezclando asuntos y corazón,
dedicado a los hermanos Eva, Laura, y Javier, Fernández Puyo.
he aquí mi abrazo.

Sobre "Ulisen Cai"

Posted by Eduardo Flores | Posted in , , | Posted on 22:44

Próximos acontecimientos me obligan en cierta medida a repasar torpezas y suertes pasadas. Por ello mismo, mezclado entre las ventanas que se abren y se cierran en la pantalla, me topé con un documento que si bien, carece de interés para la gran mayoría, a otros les puede hacer vibrar un pelín la curiosidad. Se trata de mi pequeña aportación en la presentación del libro "Ulisen Cai" por los Macondos Reales. Espero les guste:


Buenas tardes:

Quisiera, primero como cara y voz representantes en esta ocasión, de la tertulia poética “Luis Pérez Agüera”, y en segundo lugar, en mi nombre, por la amistad que me une al autor de esta obra; agradecer desde sus cimientos al tejado, al Excmo. Ayuntamiento de este cobijo de la bahía llamado Puerto Real. También, y para no dejarme a nadie en el tintero del olvido, a toda mano, boca, y ojos, que han hecho posible que nos encontremos todos aquí. Gracias por supuesto, a vosotros, asistentes a la hora señalada, amigos y vecinos.

Suele darse el caso de que, en las introducciones en las presentaciones de libros, la tarea recaiga sobre personas, de mayor tirón mediático o mayor prestigio que el propio autor de la obra, avalándose éste con el nombre de aquél. En este caso, quiero que sepan vecinos y amigos, que soy yo quien se avala con el genio de Florencio Ríos Brizuela, autor de “Ulisen Cai”

Ahora que ya conocemos su nombre, mi gran amigo y librero de guardia “Chencho”, intentaré, rozar con palabras ligero como una pluma, su pasado como muestrario y como pistas, de la personalidad que podemos encontrar en él, como individuo y como artista. Fíjense que no digo escritor y con razón, él mismo dará sus razones.

Barrio de la Viña, frente al “Manteca”, 1.965. Gaditano de piel de adoquín de piedra ostionera, trabajó como ilustrador en el Diario de Cádiz durante tres años y cuya autoría aparecería allí abajito “Zocar” su nombre artístico, en la portada del 125 aniversario.
Con 60 exposiciones de arte hoy día en su paleta, ilustró portadas y páginas de la revista “Caleta” de poesía; de Tierra de Nadie; de Radio Etiopía; y entre tangos y soleares, dejaré los espacios para etcéteras extraños, divertidos, y creativos, que lo llevarían a vivir como un clochard parisino.
Artista ecléctico e investigativo como podrán comprobar en esta obra que nos presenta, regenta un paraíso de riquezas olvidadas perdido en mitad de la jungla gaditana. Bueno, perdido, detrás del “chalet de Varela”, calle Panamá para más señas, barrio de San Severiano. Un lugar de luces y de sombras literarias, titulada que no llamada “Un azul, como la mar de Cádiz”. Allí, en esta pequeña pero enorme de corazón librería de viejo, conviven Faustos, Quijotes, Jesucristos; Cortázar, Nietsche, Camilo José Cela. Pasen por allí, vean, y un trato amable, casi os obligarán un pago simbólico por un tesoro.

Puede que todo esto, pueda resultar quizá, un poco propagandístico, sin embargo, he de decirles, que para desentrañar los muchos guiños y sorpresas inmersos en el vientre de “Ulisen Cai”, tanto el autor como su librería, son elementos sustanciales y relevantes, cuando no imprescindibles. Lean “Ulisen Cai”; léanlo como tapa, como media ración, o ración entera. De una forma especial a falta de otros adjetivos, Florencio nos mezcla los géneros literarios a través de una infinidad de voces: cronistas, poetas, novelistas… escudado tras un argumento de entrelíneas; una novela de amoríos puramente caleteros; un reencuentro puramente gaditano: el de aquél que marchó lejos, en busca de la tierra prometida, y vuelve con los anhelos a modo de paraguas, para enfrentarse a su morena de sus entretelas.
Una oda a la salada claridad, una elegía por sus gentes de ayer y de hoy, un repaso de la historia de un lugar que presume de ella, en muchos casos sin conocerla, y que el autor nos muestra sin orden ni concierto aparentes, obligándonos, al entretenido trabajo de la lectura inteligente.

“Ulisen Cai” ofrece a la vez, diversión y un amplio contenido histórico literario, que nos habla de la Cádiz de todos los tiempos, con lo que creo, no cabe destacar más atractivo.

Ya acabo pero… permítanme que les diga: lean “Ulisen Cai”. Tiene la palabra Florencio Ríos Brizuela. Gracias por sus oídos.

Carta a la policia.

Posted by Eduardo Flores | Posted in , , | Posted on 18:20

Estimados y admirados policías:



Parece mentira, el día tan esplendido que hace. Quiero pensar que es realmente único.


¿Que por qué os escribo? Perdónenme, pero eso es algo muy complicado de explicar así por escrito. Tal vez, algún día, alguno de esos psicólogos de los que disponéis, y lo sé porque lo he visto en las películas y en esas series cutres de los canales de televisión, os lo puedan explicar dando rigurosos informes sobre trastornos de la conducta humana y demás rollos de loqueros. Lo realmente gracioso de ésta historia es, que seguramente no tendrán ni puñetera idea de por qué un hombre normal, porque créanme, soy absolutamente normal, os escribe una carta, sin remitente por supuesto porque no soy gilipollas, contando, eso sí, muy placenteramente, el fin que yo me he propuesto.


¿Quién escribe ésta carta? Os lo explicaré sencillamente. Un hombre casado, con tres hijos; una vida relativamente acomodada con un trabajo fijo y estable. Un hombre que lo único que pretende es hacer una confesión: Miren ustedes, soy un asesino en serie, y esto no es ninguna broma. Aún no he cometido mi primer asesinato, ni tan siquiera sé como se va a llevar a cabo, ni dónde, ni a quién. Pero lo tengo muy claro y decidido, soy un asesino en serie, y no hay que darles más vueltas al asunto.
No piensen mal de mí, ya les digo que no estoy loco. No estoy muy seguro de por qué he querido serlo, pero qué le vamos a hacer, lo soy y eso es lo que cuenta. Imagino que estarán de acuerdo conmigo.


Debo reconocer que mi empeño tiene contra la espada y la pared a la ética. Pero, por qué no voy a ser un asesino en serie, si me lo he propuesto con tanto entusiasmo. Es más, por qué no empezar por mi familia. Sí, es espeluznante. He visto casos en televisión de gente que lo ha hecho, y por ellos no he sentido más que una repulsión enorme; pero dicho sea de paso, así podré librarlos del sufrimiento que provocarán mis actos futuros. Qué pensarán mis hijos y mi mujer cuando ustedes, con un tacto exquisito hacia ellos, y una brutalidad de perro amenazado y vengativo hacia mí, me saquen de casa esposado y tengan el mal rato de tener que contarles que soy un feroz asesino en serie. Joder, con lo bien que suena. ¿Por qué nadie ha dicho nunca de mí que soy un trabajador en serie, si llevo trabajando treinta años? Supongo que son cosas de la vida, pero quién sabe, lo mismo hoy no tendría motivos para ser uno de esos asesinos fríos y metódicos que tantos quebraderos de cabeza proporciona al cuerpo de policía.


¿Ya han empezado mi búsqueda? ¡Por el amor de Dios! Quizá debería haber llamado a la Guardia Civil. Por cierto, qué profesionales ahora que lo pienso. Si en un futuro consiguen atraparme, estaría realmente bien, que fueran ellos los que lo hicieran. Hasta puedo imaginármelo: Seguramente el trato sería más duro, y me sacarían de los sitios para meterme en otros con la cara cubierta por una chaqueta o sucedáneo ¿Creen ustedes, que si el día que me atrapen, yo pidiera que me paseasen de casa a la cárcel, de la cárcel a la furgoneta, de ésta a los juzgados, con la cara descubierta? ¿Aceptarían? Ya sé que se trata de un futuro indeterminado pero es que oigan, hay que pensar en todo, porque si no, qué clase de asesino en serie sería yo.


He estado dándole muchas vueltas a la cabeza y saben qué, me preocupa un poco lo que mi madre, que en paz descanse, pueda pensar de mí entonces. Ella siempre me ha tenido como un hijo modelo. Responsable, trabajador, muy bueno en general; aunque también pienso, que para ella, seguramente sería el mejor asesino en serie de todos los tiempos, porque ella siempre pensaba que su hijo era el mejor en todo. Créanme, si yo, en vez de yo, me hubiese llamado Bin Ladin, y hubiera estrellado dos aviones contra los dos edificios más emblemáticos de Estados Unidos, causando el caos y matando a miles de personas, ella hubiera estado orgullosísima de mí y habría ido por la calle con la cabeza bien alta, presumiendo de que su niño es el mejor terrorista de todos los tiempos; además de tener un corazón que no le cabe en el pecho.
Qué le vamos a hacer, ella siempre fue así.


Por lo pronto, señores policías, he de despedirme, con un profundo dolor porque sé que el hecho de que yo viva en el mundo, en este preciso momento, complica el camino de vuestra existencia, y claro, como se pueden imaginar, no es mi intención amargarle la vida a nadie. En cuanto a quitarla, ya han leído mi carta, soy un asesino en serie y nada más se puede hacer por ello. Sé que habrá personas que sufran por mi culpa, pero mi oficio acepta de muy mala gana las lamentaciones y los remordimientos, por no decir que impedirían su desarrollo.
Sin más, un sincero abrazo, y mis felicitaciones por una labor bien hecha durante muchos años.


Siempre suyo,
Un asesino en serie.

En Las Termópilas

Posted by Eduardo Flores | Posted in , , | Posted on 10:26

Desde mi más sincera rabia vengo hoy, a ciscarme en la pompa de los encuentros y recitales poéticos. Y lo hago, no por atacar de forma frontal y a nadie en particular (de manera que nadie tenga el goce de darse por aludido) sino más bien, con un fin de llamamiento a la reflexión general.
Pienso, como obligación vocacional, que toda persona cuyas inquietudes vayan más allá del ocio, presten una especial atención en la divulgación de la artes (muy en general), como una lucha contra los sistemas que dirigen todas sus fuerzas al control de todo lo movible. Las civilizaciones reniegan del paso del tiempo, sólo, cuando su cultura ha sido más notable que ellas mismas.

Entre que se van gestionando los asuntos que conlleva el venidero 6º encuentro de poetas en Puerto Real; mientras pierdo gran cantidad de masa gris, entre fuentes, formatos, y páginas de la revista que pretendo sacar cueste lo que cueste; resulta, que llega a mis oídos la proposición de organizar algún evento-recital con motivo de la llegada a Macondo, de la exposición itinerante que durante meses, recorre la tierra andaluza en homenaje a Juan Ramón Jiménez.
El debate, en un principio, se centra en si se puede o no tener la capacidad de sacar el tema adelante a pesar de las ya mencionadas ocupaciones. -surprise. Why not?- medita ingenua mi cabeza y en un segundo, respondo que sí, que no ha de suponer un problema. Pero he aquí el verdadero quid de la cuestión: el Exmo. Ayto. no da un duro para tal fin y por lo tanto el evento quedará privado de, músicos que acompañen los poemas, y de las copitas que faciliten las digestiones de las absurdas vanidades. En definitiva, para no sacarle las castañas del fuego a un Ayuntamiento ignorante y sin vergüenza, si no hay euros, no habrá acto. Todo queda en el aire.

Tal vez me equivoque -de hecho, la equivocación es la vía por donde siempre ha galopado mi existencia- pero, mi forma de ser en la poesía, es, tajantemente contraria, a que dicha exposición pase por mi Macondo Real sin el más mínimo detalle por nuestra parte, los humildes y ripiosos poetas del lugar; así tenga que tocar yo mismo el tambor en una mesa y haya de gastar mi tiempo en rellenar garrafas con agua de grifo.

Hoy, desde mi ira más sincera, vengo a ciscarme en la pompa de los encuentros y recitales poéticos.

sabes...?

Posted by Eduardo Flores | Posted in , , , | Posted on 19:04

La cotidianidad de la vida en pareja está llena, qué digo llena, repleta de momentos increíbles, ricos para el pensamiento poético y dignos de todo estudio científico. Pero todo esto es posible, si desde el lado del que miramos vemos a una persona mágica por naturaleza. Una divinidad que sólo es divina sobremanera desde nuestra perspectiva y que despierta el deseo de la más ciega idolatría.

Eduardito hijo, que no te enteras (Reflexiones)

Posted by Eduardo Flores | Posted in , , , | Posted on 9:21

Pensé que me resultaría más fácil. Sentarme al filo de la mañana con las arterias a medio gas y la pantalla, latiendo a mis doce como anestesia local. Sencillamente, no sé por qué lo hago. Cada vez que se me antoja, rebusco entre mis libretas; paso hojas, poemas; aquí una pequeña pero grande corrección, allá una lectura descontenta. Busco aquellos, los por mi considerados mediocres intentos de poesía; los que, con razón de acero o sin ella aún siguen vivos en el papel, sin la sentencia de unos profanos bytes.

Sin embargo y sin una finalidad cierta, pero sin rincón para las dudas, es una terapia eficaz para lo que yo creo una vanidad monstruosa, un exhibicionismo legal pero igualmente ridículo. La Muerte Del Suspiro cumple de ese modo una frustración permanente. Alivia las incertidumbres de un presunto crecimiento en el arte de las letras.

Pensé que sería más fácil descubrir el motivo de plantar mis poemas en los latifundios virtuales.

A veces, me encuentro en el mismo punto en el que el soldado se bate, entre la rabia desesperada de abrirse paso a cuchilladas contra la adversidad, o deponer humillado sus armas, y entregar al tiempo la suerte de elegir el mejor destino posible. Al cabo, nada grave, se suele resurgir de la maraña. Como del aire nace una vez más una idea y de ella, un nuevo poema.

Las sensaciones que me producen, la construcción de algunos versos y su posterior publicación, varía en lo miles de momentos que habitan el proceso. Señalo por ejemplo, la angustia de buscar al abrigo de mis posibilidades, la palabra la expresión el verso, sencillos versos antes los ojos del lector; que cada verso componga un poema lleno.
La caduca satisfacción del poema finalizado y completo; la breve, la estúpida victoria de cortar y pegar para que el resto del vecindario comparta las vistas de mi tendedero de causas, azares, y luchas.

Con una nueva etapa, un look digamos conservador de la esencia pero renovado, La Muerte Del Suspiro, limitada hasta ahora sobretodo al verso, ha aprobado por los pelos su primer curso "blogal" (dispénsenme). Es hora de enmendarse en un segundo.

...y que me cuenten historias (reflexiones)

Posted by Eduardo Flores | Posted in , , | Posted on 11:05

Aparquemos pues, el verso. Mas nunca la poesía..

* * *

Después de haber probado los distintos placeres, de toda índole, que hasta mi edad me ha sido posible disfrutar, puedo decir, que pocas cosas me han llenado tanto y de una forma tan agradable como las historias. Asumo con deleite todas aquellas anécdotas, aventuras y desventuras; pequeñas o grandes narraciones, consumidas de realidades o ficciones. Memorables pedacitos de tiempos y espacios que nos rellenan el espíritu de experiencias y mediante los cuales, se curte la personalidad individual del humano, se desarrollan naciones atravesando la niebla del tiempo. La vida misma, la carne y el hueso y el alma; el suelo que pisamos indiferente. Son centones cnstruidos apartir de vivencias que, de una manera o de otra, acaban, y ahí el placer, relatándose através de los innumerables medios de comunicación (entiéndase bien y en su sentido más amplio "medios de comunicación").

El placer de saborear historias, por supuesto, reside en la misma esencia de cada una de ellas sin embargo, el verdadero origen del disfrute se ubica, en la observación de lo capaz de que una historia sea grande, nos emocione, nos mueva; aunque se trate del más simple de los hechos. La forma de contarlas. Todos nuestros horizontes están increíblemente condicionados por la manera en que se nos ha contado nuestro pasado, ya sea a nivel de colectivo humano, o bien de personas individuales. En igual medida que la realidad, la ficción tiene el mismo efecto condicionante.

El uso de la lengua es el pilar básico en el que alguien se ha de apoyar a la hora de contar que historias. Pero yendo un poco más allá me atrevo a decir, que para lograr ea capacidad elocuente que hace grandes las historias, se ha de tener cierto dominio de la lengua escrita, cualidad imprescindiblemente necesaria y proporcional a la calidad de lo que se cuenta.

* * *

Resulta paradójico.

LA FUGA DE LA INOCENCIA DESPOJADA

Posted by Eduardo Flores | Posted in , , , , , , | Posted on 10:24

Camina la inocencia despojada
bajo un cielo de crueles intenciones,
sus pies están descalzos
tropiezan torpemente. Mientras huye,
la tierra, humedecida de rocío,
crepita en cada paso
y un rayo de dolor
atraviesa su cuerpo:
su boca destrozada por los golpes
-boca joven de sólo cinco añitos-;
su niñez corrompida por el mal
-niñez blanca de sólo cinco soles-.

Lleva un brazo desecho, el alma rota;
muda y desangelada
le pide al horizonte
que le diga a papá que la recoja
que le diga a mamá que tiene miedo.

En el siniestro zulo, cuchilladas
de asquerosa saliva le lamían
la carne. El amor de un padre grita:
¡Devuélvanme a mi niña!
-pero nadie responde-.

En el solar murió joven, la fuga.

LIBRE DE PECADO

Posted by Eduardo Flores | Posted in , , , , | Posted on 17:55

No hace falta que jures que ha caído la noche
otra vez, como cada día. Deja la capa
puesta sobre mis hombros, cubrirá del reproche:
tu sonrisa; la vieja cicatriz que es tu mapa.

Te he dicho que no jures, necesito la vida
que se vive, negando el mismo hecho. Yo quiero
que te marches; adiós pero, cuando te lo pida
vuelve sobre tus pasos a besar el acero.

Espera, -no me niegues con tu gesto- ¿ves esos
papeles más marchitos que mi voz? Es la tierra
que prohíbe la boca que me olvida; los huesos
que me alejan, tu verbo, tu desdén, nuestra guerra.

Todas las noches se maquillan de pasado
y me preguntan ¿quién está libre de pecado?


ALLÁ

Posted by Eduardo Flores | Posted in , , , , | Posted on 14:10

Allá tienen cabida
Voraces espumones de nube
Que muerden con rabia de sal
Bloques agridulces,
Viejas sandalias,
Macetas con geranios.

Allá, viven la vida;
Se desadoquinan por alegrías,
Desluciferan satanases;
Febriles se manifiestan las pasiones
Y matan la muerte de la angustia.

Allá, lugar de herida
De tinieblas desidiosas
De mirar “pa otro lao”
De pisar flojito y pausao
De su sálvese febrero aunque escueza.

Allá,
Allá mar derretida
En la mala salud del estío
En mierdas caninas con excelentísimos nombres
Sobre puentes a Desamparo,
a Macondo,
a Desgana;
directitos, hacia la izquierda del Padre.

PRESENTACION DE "ULISEN CAI"

Posted by Eduardo Flores | Posted in | Posted on 10:52


Ante la presentación del libro "Ulisen Cai" esta tarde en Puerto Real, y con motivo de una mayor difusión de la noticia, voy a dejar aquí le nota de prensa publicada por lavozdigital.com.


También anunciar, que tras la presentación de la obra, varios poetas puertorrealeños, daremos lectura a algunos de nuestros poemas para goce o disgusto, de aquellos que asistan al evento.





"El Salón de Plenos del Ayuntamiento de la Plaza de Jesús será sede hoy, a las 20:00 horas, de la presentación del libro de Florencio Ríos Brizuela "Ulisen Cai. Relato Cuántico". El acto está organizado por la tertulia poética Luis Pérez Agüera en colaboración con el Ayuntamiento de Puerto Real. A Florencio Ríos, conocido popularmente en Cádiz como "Chencho", recrea en su libro "Ulisen Cai" la obra de James Joyce, como éste hizo con la de Homero y sitúa a Ulises en el corazón de Cádiz. Una odisea literaria de 500 páginas configurada mano a mano, entre el autor y 360 personas, la mayoría de ellos gaditanos, escritores, poetas, y periodistas, a quienes se cita en el final de la aventura. "Chencho", que a efectos gráficos se hace llamar "Zócar", emplea la técnica del collage literario, como Borges o Cortázar, la fragmentación y defragmentación hasta convertir el caos en unidad. Entre las numerosas exposiciones de Florencio Ríos, cabe destacar las realizadas en la sala de exposiciones de Gas Andalucía, en el aula de Cultura del Ayuntamiento de Chiclana, Casa de la Juventud de Cádiz, Grupo Ars Dexeo en la primera muestra de arte experimental urbano, Mercado de arte drago, Primeras jornadas para el desarrollo del hombre contemporáneo, Arte por la paz, y el XXIII Certamen de la Academia de Bellas Artes de Cádiz Ruiz Brizuela ha trabajado como ilustrador en medios de comunicación y en revistas literarias, en la actualidad regenta una librería de libros de segunda mano en Cádiz."

(En su original, el color de la portada del libro es azul. Esto del diseño de blogs, a veces, se me hace un mundo)

COMPAÑERA

Posted by Eduardo Flores | Posted in , , , , | Posted on 10:27

Que te brinden las flores compañera
de mis tantos silencios regalados
llenos son -sin hablarte, tan cansados -
quedos en estos labios de madera.


Que te brinden los soles venerados
lo que te niego, rosa mañanera;
del amor, el sonido, canastera,
mudas palabras salmos musitados.


nosotros compartimos sinsabores
nos mezclamos unidos con la vida
lloramos y reímos contra el mundo


luchamos con el fuego por colores
de la bandera blanca por guarida
¡Amándonos! Amor pleno, profundo.

ESTADOS CARENCIALES

Posted by Eduardo Flores | Posted in , , , | Posted on 18:51

en estados carenciales
lo mejor,
es atiborrarse de querellas contra uno mismo;
desahogar el espacio de otras vivencias,
ir acompasando los ojos
en los ires y venires
de las olas ajenas;
colgar la toga, el martillo, y la sentencia;
poner un pause indefinido
en el reproductor,
acomodarse en la poltrona
del vérselas venir.

en estados carenciales
un ocho coma dos en la escala Richter
es igual,
al pestañeo de la mujer deseada
lejana al tacto,
lejana al tacto;
un tsunami, apenas fuerte marejada
en el estrecho.

en estados de temblor injustificado;
en estados de aletargadas emociones;
como de liga de fútbol
ya acabada;
como de corrida
de toros ensimismados,
lo peor,
es querer estar enamorado
o estarlo plenamente.

en estados carenciales
el tiempo,
lucha con su deber
de curarlo todo;
se hace enemigo de a dos espadas,
bandera pirata
ante la costa
prometida.

en estados carenciales
la vida adquiere manos
de mujer.

LAS VERDADERAS HISTORIAS DEL JARDIN DE LAS DELICIAS (Parte 1ª)

Posted by Eduardo Flores | Posted in , | Posted on 20:58

Al caso, no me vanaglorio de mis aventuras porque, bien es cierto que por más que lo intenté, a pesar de las malas lenguas, en los días de mi existencia jamás conseguí doblegar las voluntades de las dos extrañas criaturas que vinieron a joder el paraíso del que yo era dueño. Mi enemistad con el Verbo, surgió a partir de estos frustrantes sucesos.

Los días en el Edén siempre regalaban de azul los techos del paraíso. Muy en contra de lo que las bocas humanas cuentan en un incómodo futuro, Adán fue la segunda bestia que logró dominar el paso a dos patas sobre el placentero follaje del Jardín de las Delicias, único lugar conocido. A Eva la conocí, aunque de vista, mucho tiempo antes: ella vagaba de un lugar a otro, siempre ocupada con el resto de los seres, haciendo tal o cual cosa. Su cuerpo, parecía tener una belleza que tanto la vida vegetal como animal admiraba sobremanera. Acaso, pudiese ser que yo, única vida inteligente en el lugar, jamás apreciase dicha belleza. Es más, Eva, me parecía un ser de lo más tonto, prueba de ello, los largos baños de los que disfrutaba constantemente en el brazo de agua Fisón, chapoteando de allí para acá regodeándose entre carcajadas.
Podría decir que la vida en el Edén me era de lo más agradable. Eso se traduce en que nunca tuve miedo, convivíamos criaturas de toda índole, de depredadores malhumorados a flores sonrientes. Nada era víctima de nada. Cada cual vivía a su antojo, disfrutar de la vida era el destino de todas y cada una de las bestias que compartíamos ese paraíso de cielos azules, suelos de esmeralda, y aguas de nube. Tan sólo, en un par de ocasiones, recuerdo que la vida se tiñese de un ocre muy extraño: el día en que nació Adán y el día en que esos dos bípedos inconscientes osaron desafiar la muy extrema, a mi juicio, confianza que el Verbo les otorgó a ambos.

El día que el Verbo, mi jefe directo, aceptó de forma ilícita la petición viciosa de Eva de tener un semejante, una vez más la estupidez de Eva y la condescendencia de éste ante este tipo de ser, yo ya me veía venir que dicho acontecimiento tendría consecuencias terribles para nuestra comunidad. Su gestación se prolongó durante siete días a partir del momento en que el Verbo se llevó a Eva a una nube para discutir, en una lengua muy rara como habladurías de elefante, los aspectos del acuerdo al que ambos llegarían. Durante los siete días de los que hablo, a Eva se le inflamó el vientre y se le tornó a un color anaranjado de forma gradual. Pese a su mal aspecto, vomitivo en todo caso y, lo dice alguien que engulle con placer pequeñas criaturas aún vivas, Eva vivió su gestación con el ánimo suficiente para extender el tiempo de sus baños; reír a carcajadas con sus amigos: felinos, insectos, y flores; e ir a tratar del contrato en varias ocasiones más con el Verbo a su nube preferida.

Adán vio la luz rodeado de todos los seres del paraíso entre risas y frutos. Qué le iba a hacer. Como gestor del Verbo en el transcurrir de la vida en el paraíso, fui testigo de los primeros llantos del nuevo habitante. Ya, sus primeros sollozos, me dieron mala espina. Ello, quedó grabado en mi memoria como la primera vez que un animal lloraba en el Jardín de las Delicias del Verbo, y al igual, que fui testigo de los llantos de ese día, hube de serlo de los llantos en el resto de los días que lo siguieron hasta la actualidad, a lo largo y ancho de lo que hoy conocemos como planeta Tierra.

El Verbo daba claras muestras de su alegría, dobló el número de aves que surcaban los cielos en acrobacias dispares. Me comentó, que el tono ocre de las cosas era un fenómeno desconocido para él; me dijo que, el hecho del nacimiento de su Hijo era algo extraordinario, que ese sería el motivo, con explicación o sin ella, nada habría de preocuparnos. Hasta aquel día jamás había disentido de sus ideas. Más aún, porque me resultaba lo suficientemente preocupante que él, creador de todo y de todas las criaturas vivas, no tuviese la más mínima idea de porque sucedía tal fenómeno.

Nada de mi existencia ulterior a los diecisiete años siguientes al nacimiento de Adán han podido asemejarse a mi pasada vida en el Edén. Cumplió, aquel indeseable, los diecisiete primeros años de su vida rodeado, como vino al mundo, de la mayoría de las felices criaturas del paraíso. La fiesta duró todo el día y toda la noche, hasta que uno por uno, los animales fueron a sus hogares a quemar la resaca de júbilo que los había embargado durante toda la jornada. Una vez solos, Adán pidió a Eva que dieran un paseo hasta el brazo de agua Fisón para refrescar sus cuerpos. No llego a alcanzar si ya, en la disparatada cabeza del joven, se había forjado la estupidez que muy pronto nos costaría a todos el aire que respirábamos.

En el horizonte, el sol poniente les daba los buenos días con pobres rayos de luz y calor. Eva jugaba con el agua: se zambullía, iba hasta el fondo, se impulsaba con los pies y salía de súbito a la superficie asomando, la parte de su cuerpo que abarcaba desde más abajo del ombligo hasta su mojado cabello alborotado por el agua. Adán relajaba su cuerpo tumbado bocarriba sobre la lánguida superficie del río, hasta que después de varias zambullidas de Eva, decidió observarla en el momento justo cuando ella hacía su aparición desde las profundidades. La imagen de ella lo turbó sobremanera: su rostro mostraba un claro cambio de ánimo, de la necesidad de relajación a una especie de nerviosismo acalorado. Entonces sucedió, y cómo no, me pilló trágicamente allí, encaramado al dichoso árbol de la ciencia del bien y del mal, intentando alcanzar una apetitosa manzana cuya disposición llevaba ya rato fastidiando mi entusiasmo.

Apenas podía creer lo que veían mis ojos. Adán abrazaba con violencia el cuerpo de una Eva que aunque parecía confundida en un principio, después, sin saber yo muy bien por qué, se dejó llevar en ese nuevo juego que yo ignoraba por completo: en medio del silencio perjudicado por leves chapoteos, esos dos estúpidos seres se mordían con ansias los labios: él le abarcaba los senos con fuerza desde atrás mientras Eva, con su torso inclinado hacia adelante, recibía las jadeantes acometidas de aquel Adán tan desconocido para mí hasta el momento. Sus juegos, sus mordiscos, sus extrañas maneras de divertirse duraron toda la mañana. La manzana me importaba ya muy poco. Todo ese jolgorio de carne no se me antojaba nada bueno, y así vi confirmadas mis sospechas cuando, en vez de latir con fuerzas como todos los días el sol, el ambiente se hizo de un tono ocre que casi creo se podía respirar. El mismo tono ocre que se esparcía por el Jardín de las Delicias el día en que Adán llegó a la vida.

UNA SONRISA DE ROSAS

Posted by Eduardo Flores | Posted in , | Posted on 14:42

Dicen de él, las gentes del lugar de los acontecimientos, que marchó un día sin explicación alguna. Cuentan, que su estancia se prolongó dos años, tiempo en los que anduvo por las calles de la ciudad, sin un rumbo determinado. Vagabundeaba sonriendo a los niños, jugando con ellos con una alegría que ya no se llevaba por aquel entonces; que esos pequeños lo adoraban. Arrastraba su humilde figura por los parques, los jardines, los cementerios; por todas las calles y barrios.
Jamás se le conoció nombre alguno, cada cual lo llamaba de la manera que mejor le parecía que podía llamarse. Unos pensaban que tenía cara de llamarse Alberto, otros, Juan; pero realmente, nadie conoció su verdadero nombre. Además, cada vez que alguien lo llamaba por cualquier motivo, con un nombre improbablemente el suyo, siempre respondía con el único lenguaje que parecía usar: Una sonrisa de rosas.


Dicen de él, que podía pasarse las horas muertas mirando las flores, que en ese preciso y único momento podía vérsele con una pizca de tristeza en los ojos. Los vecinos de la ciudad rompían las paredes, especulaban con su vida. Hay quien dice de él, que fue profesor de una universidad muy importante de la capital y que, su gran capacidad intelectual volvió loco de remate. Se cuenta también, que su rostro era muy parecido al de un torero que hacía algunos años arrasaba en las plazas del país, que en un momento indeterminado, dejó los ruedos, para vivir en completo anonimato. Eran muchas las versiones que sobre su vida se vertieron pero que jamás se pudieron demostrar. Como es de esperar no faltaron las personas, que lo llegasen a tratar mal, fruto del desconocimiento que su presencia les imponía. Según me contó una anciana, un día en el que aquella sombra humana, andaba con los ojos en una simple maceta de la que florecían unos preciosos geranios, unos desalmados, no contentos con burlarse de él, lo empaparon con gasolina y le prendieron con el mismo fuego del infierno, obsequiando la triste figura cuyo corazón era neutral en el ir y venir de la vida, con un poco de sus miserias personales. “Sus gritos silenciaron las voces de la ciudad” acabó diciendo la anciana.


Algunos cuentan que oyeron su voz. Que siempre que se encontraba parado ante algún montón de flores, antes de irse, solía susurrar un nombre de mujer que nadie jamás recordó. Tal vez, aquella tarde que el suelo que pisaba se convirtió en una pira, declamaba ese mismo nombre femenino.


Nadie, jamás, lo vio pedir limosna alguna, según me contaron. Solía ir a misa todos los días, a una iglesia distinta cada vez; pero que en ningún momento lo vieron pedir limosna en las puertas. Tampoco nadie lo vio desempeñando trabajo alguno que pudiera sustentar su caminata continua.
Muchas mujeres me reconocieron que se trataba de un hombre atractivo, que les parecía muy raro que un hombre así no tuviera mujer. Pero al final todas coincidían en lo mismo: ¿cómo una persona tan rara iba a estar con nadie?


Sólo una persona de la ciudad me pudo contar, un hecho del que nadie más en la ciudad me pudo dar constancia. Me dijo, que el día de todos los santos, lo pudo observar durante todo el día y toda la noche, petrificado y sin poder dejar de llorar en un banco a la puerta del cementerio. También me comentó que, en su vida, no había visto tantas flores como en aquel día. Que a pesar de ser un día caracterizado porque la gente llevaba lo más nutrido de los jardines al cementerio, aquel día fue especial por la gran cantidad de hermosos ramos que se movían por las aceras. Él mismo me confesó sus propias conclusiones, atribuía la tremenda llorera del hombre de la calle, como lo llamó, por todas las flores que pudieron pasar por delante de su persona, y que por ello, su parálisis en el banco frente al cementerio.


El día en que se fue, todas las personas que me contaron historias sobre él cuentan, que una extraña sensación de vacío sintieron en su interior, y que de tal manera, adivinaron que aquel hombre sin nombre que solía jugar con los niños de la calle, se había marchado para siempre.
Hay quien dice que, ese día, alguien lo vio mirando un jardín abandonado por la mano del hombre en la estación de trenes; otros me afirmaron, que pasaron justo por su lado cuando éste se encontraba sentado en un noray del puerto, de espaldas al mar.


Quizá lo más impresionante de la historia puede ser, que todos descartaban la idea de que hubiese muerto. Simplemente se marchó, al igual que hubo un día en que llegó.

QUE MAS DA

Posted by Eduardo Flores | Posted in , , , , | Posted on 8:49

qué más da señora que me sigas orillando
en cada amanecer,
cada mañana
en el lado izquierdo de mi conciencia,
en el extremo dubitativo de mi almohada,
si no tienes necesidad;
si no me alumbras el incipiente día
con las estrellas
de la noche que ya pasó,
con las que soñaré
las futuras noches que vengan a poblar
las presentes soledades.

EL DESPERTAR DE EROTICA.

Posted by Eduardo Flores | Posted in , , , , , , | Posted on 18:49



Entre espejos despierta con los soles
mi musa clandestina piel de viento
Erótica forjada en los crisoles
de la pasión templada a fuego lento.

¿por qué sola has dormido entre charoles
y olvidas el amor que por ti siento?
En cristales mi diosa dibujoles
a sus deseos todo el firmamento

de su fragancia. Frente a su figura
se mira acariciarse su contorno
disfruta masturbada sin censura.

Sus manos cosquillean el adorno.
Su interior por la breve comisura
suspira mil orgasmos sin retorno.

ENTONCES.

Posted by Eduardo Flores | Posted in , , , , | Posted on 13:17

qué bueno sería entonces
que te acercaras levitando
unos tres centímetros sobre las baldosas;
con una mano
acariciases la parte de mi cabeza
que da la espalda al ordenador
y que me brindases un “te amo”
transparente.

entonces yo,
giraría con torpeza mi cuerpo ajado,
miraría tus ojeras
de gata jubilada,
de madre, de esposa;
tus arrugas…

pensaría en la vejez maliciosa
que nos ha capturado sin prisas
pero sin pausas;
pensaría, en cuanto he de venerar
tus imperfecciones, que te acercan a mí,
para hacerte más humana.

entonces,
besaría tu boca, tal vez, desdentada;
me separaría unos segundos,
para decirte:
estás más hermosa que nunca
vida mía.
y te volvería a besar.

BREVE ENSAYO: ¿QUÉ ES POESÍA?

Posted by Eduardo Flores | Posted in , , | Posted on 10:00

Digamos, que el mundo es y existe con todo lo que ello conlleva: el universo, que es ese desconocido medio en el que se aloja; el agua, donde incluyo los mares, océanos, lagos y ríos; la tierra que pisamos… Sobre todo esto, también es menester citar todo el despliegue de objetos, vidas animales y vegetales, y materias inertes. Para resumir, os llamo a pensar en todo aquello que es conocido por el hombre, ya sea experimentado o bien en pura teoría.

Algo destacable sería la labor de los científicos en los procedimientos de investigación , que tanto ha ayudado al ser humano, para comprender lo que sabemos que existe sobre el medio en el que nos desarrollamos como animales racionales. Y voy más allá, como seres que, no contentos con la capacidad de pensar, buscamos la esencia , origen, y finalidad de este Todo tan complejo y maravilloso que nos rodea. Sí, sin lugar a dudas, los científicos de todas las materias, desempeñan una magnífica labor por y para la humanidad. Tampoco quisiera dejar aparcado a otro tipo de científicos que no incluyo en el gremio anterior: los filósofos. La función de estos en nuestra historia ha sido determinante en el orden y organización de nuestra especie, hasta el punto de que les debamos, el que pueda, nuestro bienestar social y político. En este grupo, aunque habrá quien no esté de acuerdo conmigo, también incluiré a los teólogos.

Explicar qué es la poesía se me antoja tarea harto complicada, pero lo que sí me consta es, que tiene mucho que ver con todo lo que he hablado antes. Lo penoso del asunto trata de la exclusividad que a esta se le ha dado en los temas amorosos, cuando en la historia de la literatura queda bastante claro que dicha exclusividad es una atribución injusta. Es más, la gente más allegada de mi entorno personal ajenos al mundo de la poesía, cuando se entera de mi afición, por decirlo de alguna manera, por la poesía, se argumentan en la burla fácil y en la sorna al recitarme por ejemplo aquellos versos de “No es cierto ángel de amor…” No les culpo, mas por ello, no dejo de verlo penoso e injusto.

¿Qué hace un poeta? ¿Qué es poesía? El poeta es un transmisor. Un transmisor que usa la lengua para transmitir un mensaje y hasta ahí, ya está haciendo algo del todo común por la definición de comunicación. Entonces diremos que es un comunicante. También un científico, o un filósofo, llegados al punto es un comunicante después de haber realizado sus respectivas pesquisas. De hecho, llegados a este punto, dichos oficios coinciden en algunos casos con la poesía, en la historia y en la actualidad. El poeta y pretendo ir al grano, intuye de las cosas de una manera lúcida pero subjetiva la esencia que estas les ofrece. Por poner un ejemplo, diré que el poeta no se conforma con ver un vaso y ya está, asimilar que está ahí, que esté lleno o vacío, que sea del tipo que sea. No, eso al poeta no le basta. El poeta asume lo abstracto de ese vaso, lo intuye, dentro de sí lo descompone hasta extraer de él todas sus características, y lejos del científico que lo mostraría con argumentos puramente teóricos, transmite su esencia con el mismo subjetivismo con el que lo ha intuido, y haciendo uso de los recursos explicativos o poéticos de la palabra lo vierte al exterior. El lenguaje cotidiano no permite, en la mayoría de los casos, expresar con la suficiente claridad esa esencia de las cosas. Por esto mismo, en ocasiones, la poesía se nos presenta tan misteriosa, por lo que dista de ella al lenguaje cotidiano que se esfuerza más en reducir que en explicar. Obviamente, si leemos un poema de Góngora, nos será difícil en un principio desentrañar su mensaje, pero entendamos que en ese caso estamos tratando de otra época, cuyo lenguaje coloquial también nos sería extraño.

Ya por último, animar a todo neófito en la materia que se pasee por este medio, a que lea, en base a esto más poesía. Que no se dirija de primeras a los clásicos, que busquen en la poesía más reciente y escuchen de qué se habla; verán cómo no todo es amor sino que se abarcan todas aquellas inquietudes que mueven al ser humano, hoy por hoy.

He tratado el tema, de una forma muy generalizada por cuestiones de espacio y tiempo. Espero, en próximas publicaciones, seguir desentrañando con ustedes el oficio de la poesía, y hablar por ejemplo, de ese complejo monstruo llamado metáfora y por supuesto, adentrarnos aún más en la intuición poética.


CALLAN

Posted by Eduardo Flores | Posted in , , , | Posted on 13:32








Todos callan
¿No lo oyes?
su silencio es…, doloroso,
apenas un mínimo rumor de televisores
lo turba.


Pero tú
guarda silencio. Como ellos


para que los otros
se crean
hablando por los codos,
que no callan también
turnándose su estancia en el magnánimo cortijo.


Pero ellos también callan
cediendo la palabra,
muda a su vez,
a don Dinero:
un apuesto caballero,
que también calla
para que no se oiga


cada paso que dan
sus hormigas ruines.

VACÍO (VERTICALIDAD)

Posted by Eduardo Flores | Posted in , , , , , , | Posted on 14:37








me siento enfermo,
lejano;
montañas y nubes
se me aglutinan
infectando el medio
de la vida:
malditos orines,
lo concreto lo etéreo
se aglutinan,
tal vez
dibujando mi contorno
en el desierto:
suelo malvado
tras la lejanía de la patria
fértil que, fue
un cuerpo de señora.
su culpa
es culpable
de una tos causada
por nubes y montañas
y una compañera
que ni acompaña ni abriga,
pero abraza
puta y sigilosa.
ahora qué
enfermo y
delicadamente,
de mala manera acompañado
sólo me queda
tan enfermo,
de la patria lejos,
escupir
intentando alcanzar un albatros
o un cormorán
para después
seguir padeciendo
presto y
disciplente;
lejano
sintiéndome enfermo


FRÍO Y CALOR

Posted by Eduardo Flores | Posted in , , , , | Posted on 22:38


no niego que no te odie, tanto como te amo
ni tampoco que asuma,
que me ames tanto como me odias;

porque yo creo en el amor doliente y dolido:
en un mirarte con tequieros para largarme
luego, tan necio de odiar entre amores;
en un que me mires con reproches que se olvidan
cuando con los besos del cuerpo
desatornillamos las patas de la cama.

creo yo en esa doliente flor tan canalla:
amor intrépido de un día pasar
tras otro.

no niego que no te odie, tanto como te amo
ni tampoco que asuma,
que me ames tanto como me odias

y que sin dudas te odiaría mucho más
si de amarte tuvieras más cabida de lo que te brindo,
de lo mío que llevas puesto a modo de soga,
y por lo que me amas y me odias y por
lo mucho que me podrías llegar a odiar.

me propongo, -sácate la blusa, deja libres tus senos-
el próximo verso regalarte
-los besaría para que me odies, los mordería para que me ames-
al caso, es aversión o laico enamoramiento lo que dice
el cauce que bajo tu nariz se ensancha?
no me odies pues, sensación de calor,
ámame ahora, -despójate de tus faldas-,
ódiame si quieres, -de la seda de encajes que envuelve
nuestro secreto-;
deja escapar la risa que yo te colmaré
entre golpes de amor y caricias de odio,
de risas culminantes;
de fajos de sonidos carnavalescos, de
viajes miles, sinestésicos viajes, de
subida a los infiernos del paraíso
de ascensiones placenteras a los cielos de la boca.

todo ello me lo inspira
sentir así como yo siento, cuando digo

que no niego, que no te odie tanto como te amo
ni tampoco
que asuma
que me ames tanto como me odias;

como cuando, iracunda llegas de la compra
-yo y mi tedio-
de verdad deseas partirme en dos
con aquél acero de bolsas?
-pero yo y mi tedio-;
como cuando, intensa cuelas la colada
por el hueco del progreso
-aún ahí, yo y mi tedio- y estallas:
infinidad de bombas de racimo en cielos de Bagdad,
sobre mi cara,
a lo que yo pregunto:
te importaría si llenase de tus caderas
mis manos
haga mía tu lengua que es flagelo castigador
y te lo hiciese contra la pared?
se iría el tedio, odio mío, yugo tuyo;
amor
nuestro.

CANTAR DEL AMANECER A LA CIUDAD

Posted by Eduardo Flores | Posted in , , | Posted on 9:18




Llega con una guitarra
de sonidos incandescentes y
bombardea el sol
la mañana:

Vuelvan a enfermar con vuestra prisa
vistan ceñidos trajes
y transformaros de nuevo
en viles humanos caducos

ya los árboles madrugaron
también la flor y la mala hierba
luce el rocío en las aceras
y pululan los insectos en la tierra.


Llega con una caricia
sincera de recién nacido y
abriga el cielo
la mañana:


lidien ínfimas batallas
pues el suelo no espera
y nazcan, vivan, amen, mueran,
en el verso del próximo segundo

ya los árboles madrugaron
también la flor y la mala hierba
luce el rocío en las baldosas
ya pululan, lánguidos, los insectos de la tierra.


ERÓTICA

Posted by Eduardo Flores | Posted in , , , , | Posted on 23:39





Desde el vano de la puerta,
Erótica es la mujer:
la caricia humedecida que involucra
al acto inexorable, de rendición
ante una melodía de piel y hueso.

Desde el vano de la puerta
la habitación no es, no existe;
ella levita como diosa
sobre un lecho de fuegos paradisíacos;
la cubren sábanas delicadas
tejidas en los confines del universo.
Se siente observada: se agita
Lenta, suave y trágica.
Su amante, furtivo y desconocido,
la mira: la desea y

un leve gesto,
como su alma leve,
inmersa en lo etéreo de la pasión
acerca a su amante,
presa también,
de la ingravidez, de la embriaguez
y de la narcosis de unas telas opiáceas.

Su desnudez clama de él
la boca que le bese los pechos,
los dientes que muerdan su carne,
manos y dedos que la dibujen;
los vientos que
de los cuatro puntos cardinales
se infiltren por paredes y techo
erizando sus frutos.

Desnudos ambos,
ahora sí
ahora él debe concederle su ser mismo:
el don de las lágrimas
fecundadas por las ansias
de amor y sexo
de sexo y,
de amor.


Erótica es
besada, tocada por manos firmes y
abre por vez primera sus ojos
grises, como el reflejo
que la luna vierte sobre la mar tardía,
en noches de brujas.

Él, sus ojos, son ínfimas
llamas de vela al viento.
Ambas miradas, entre ellas, se nutren;
se entrelazan
como la sierpe al bastón, se abrigan
como ellos mismos;
ya no buscan otro lugar.

Es un joven manzano.
La habitación carnal
azotada por el monzón que mana,
de un te amo
de aquellos puros amantes
en el tiempo y en el espacio.
Llueve,
sobre sus cuerpos en flor
llueve, sobre la música de los violines:
gélidos gemidos, que de agudos
eclipsan los llantos del resto del planeta.

Erótica es víctima de la contorsión,
Su amante: rojo latido
besa cada pedacito de piel blanquecina
abordando su candente pubis,
como genuflexión sexual
a su divinidad de señora;
tiembla curioso el flagelo
abriendo la ventana del Edén;
obsequia con su aliento,
vaguadas sonrosadas
de labios delicados,
afrutados de saliva y esencia femenina.

Un ángel ríe y llora, llora y ríe;
de placer llora
y de placer ríe.

Una carcajada, genital, sonora
ensordece los ojos del amante,
apuñala su lengua y el momento es,
un eco que los dos piensan:
felicidad.

Gotas quedan,
Gotas de oro impregnan los pétalos de la cama:
aceite virgen
de sus pieles presurosas.
El ritual sucumbe al nervio:
Erótica baila, jadea sobre su amante;
Rítmica, desbocada,
amada.

NANAS DESDE LA DISTANCIA

Posted by Eduardo Flores | Posted in , , , , , | Posted on 22:05





Bien podría ser el lecho
mi mal distante regazo,
contemplar, darte mi tiempo
cubrir tu piel con mi manto.


Estás tan lejos mi fruto
mientras me bebo tus párpados,
contienen todo mi mundo
duerme bien será mi bálsamo.

Surcará suave la nieve,
recogerá mariposas,
y mi voz, si es que allí llueve
mecerá esta noche rota.

Mi vida, lejos te acuno
y siendo ya la mañana
la esperanza es el futuro
despertarás con tu mama.

Quiere al hombre que te abriga,
Paciencia, pues es mi espejo
el amor con que te mira
es mi virtud, a él te debo.

Florecerá el alma leve
dormirás sueños de rosas,
y mi voz, si es que allí llueve
mecerá esta noche rota.


No estés triste, vive y sueña,
coge mi mano distante
que junto a tu cara tierna
el sueño pretende darte.

Mientras que con mis caricias,
lejanas, yo te embeleso
apaga un poco tu vida,
mañana, no estaré lejos.

Surcará suave la nieve
dormirás, sueños de rosas
recogerá, mariposas
florecerá, el alma leve
y mi voz, si es que allí llueve
mecerá
esta noche rota.

TRAS LA PARTIDA DEL DOLOR

Posted by Eduardo Flores | Posted in , , , , | Posted on 11:04








No me dejes dolor, aquí en el eco
de un adiós matizado por el llanto,
coloreado apenas por el vacío.

Vuelve con tu cosecha cultivada
o déjame salir en tu captura
torpemente vestido con mis flores

¿Por qué partiste lejos mi dolor?
¿Qué buscas alejado de mi esencia,
dolor ingrato, muerte del suspiro?

Sin la febril quietud de tu compaña
el horizonte duele mucho más,
no acierto al andar sobre baldosas.

Quizá, si tú pudieras con el viento,
arrojarme tu espina venenosa
para poder llorar tu vil ausencia.

Ayer quise podar todas las ramas
del ciprés que vacío soy sin ti.
Me has condenado, fruto tenebroso

vuelve al lugar que habito taciturno
o déjame dejar todos mis sueños
acomodado en esta frustración.

Te recuerdo dolor, desnudo y blanco,
yo te apresaba entre mis brazos
y te hacía el amor enajenado;

recuerdo que me amabas, mentiroso,
me lo decías mientras te besaba
mientras clavaba el ser de mi niñez.

Hoy sólo la distancia nos aúna
hoy la ciudad cayó por la tristeza
hoy mi espacio es la sombra yerta y simple
hoy me falta el dolor;

ayer querer podía con mi voz
ayer fundé la fábrica del aire
ayer quebraba el suelo con mis pasos
hoy me falta el dolor;

mañana sólo vive si tú existes
mañana es la quimera solitaria
mañana es una foto de carnet,
hoy me falta el dolor;

hoy, me falta el dolor.