Breve fragmento de la novela "4 cuentos de soledad".

Posted by Eduardo Flores | Posted in , , , | Posted on 23:17

La primera vez que Jesús sintió el sutil escalofrío de la muerte había sucedido muchos años atrás, siendo niño. Caminaba junto a su padre por la calle cuando, una motocicleta que pasaba a gran velocidad atropelló un gato que a su vez cruzaba. La rueda delantera de la motocicleta alcanzó lo justo al animal para no matarlo, pero dejándolo en cambio mal herido y agonizante. La motocicleta se desestabilizó y escupió a su conductor de manera violenta. Aquel hombre cayó y siguió deslizándose por el asfalto hasta frenar con su cabeza en el bordillo de la acera. No le parecieron maullidos a Jesús lo que el animal producía. Su padre, sorprendido por el accidente, quedó paralizado ante la escena: el hombre tumbado junto a la acera, con los ojos abiertos y un aspersor en la cabeza regando de sangre el asfalto; el gato se retorcía en el mismo lugar del impacto en un aura de estridencias. Apenas se percató de que su hijo ya había soltado su mano y estaba junto al gato observando cada segundo de agonía del animal. “¡Jesús, vuelve aquí ahora mismo!” Gritó su padre. Jesús lo miró sin expresión alguna, volvió a mirar al gato y pisó varias veces su cabeza hasta acabar de forma definitiva con el sonido y el poco aliento de vida que desprendía el animal. Acto seguido acudió junto a su padre. Éste, impresionado por la frialdad que había demostrado el hijo a sus diez años, cogió su mano y marcharon rápidamente. Al pasar por donde yacía tumbado el motorista, Jesús inclinó su cabeza en dirección al hombre ya fallecido, lo miró sin un gesto en su cara y siguió caminando de la mano de su padre.

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