me siento enfermo,lejano;montañas y nubesse me aglutinaninfectando el mediode la vida:malditos orines,lo concreto lo etéreose aglutinan,tal vezdibujando mi contornoen el desierto:suelo malvadotras la lejanía de la patriafértil que, fueun cuerpo de señora.su culpaes culpablede una tos causadapor nubes y montañasy una compañeraque ni acompaña ni abriga,pero abrazaputa y sigilosa.ahora quéenfermo ydelicadamente,de mala manera acompañadosólo me quedatan enfermo,de la patria lejos,escupirintentando alcanzar un albatroso un cormoránpara despuésseguir padeciendopresto ydisciplente;lejanosintiéndome enfermo
escupiendo intentando alcanzar...y enfermo lejos del hogar. Sí, eso es sentir el vacío en vertical. Yo también lo he sentido, algunas veces, con un piano de fondo. Sí.Abrazos
wow, que intenso lo que he encontrado...me gusta, sigo leyendo...un beso
Adr, tu presencia por aquí ya es como la del familiar que siempre está por casa. Gracias por ello, me alegro de que mis poemas te lleguen y de que te gusten.Bohemia,bienvenida por estos lares, decoras el espacio con esa imagen que usas de perfil y con tus palabras.
Algunas veces, la vida es una enfermedad. Padezco de existencia. Me encuentro lejano, tan lejano que me topo con este poema y, de repente, plenamente identificado, veo dos siluetas en el horizonte dibujadas por nubes y montañas. No estoy tan solo, ni tan enfermo... prometo volver.Gracias por el texto. Me dio ganas de escribir, que es lo mejor que me puede pasar cuando leo.Abrazo.
Hola, Eduardo.Da gusto pasar por aquí a visitarte y disfrutar de tu maravillosa casa, y por supuesto que de este poema tan singular e intresante, con ese final que es como un retorno al origen y que le da redondez a todo.Yo también me he sentido así, lejana y enferma.Un gran saludo.
Después del comentario de Rosa Silverio, a la que tanto admiro, poca cosa podría añadir que no fuera pálida réplica. En fin...Me parece una poesía con mucho cuerpo (y perdona que utilice el simil enológico) con esa especie de idea machacona que retumba en todo el poema y destellos que van quedando en la retina del espíritu a modo de breves calambrazos sonoros....Esa es la parte buena.Y la menos buena, que, a veces, la puntuación (excesiva, a mi modo de ver) no coincide con el sentido esperado de la frase y hace tropezar la fluidez del verso.Con todo, creo que hay un estilo muy personal que necesita muy poco para asentarse y seguro ha de proporcionarnos estupendos momentos literarios.Un abrazo y perdona el tostonazo criticón.
Seseum, Rosa, Manolotel. Mil gracias por vuestra visita.Manolotel. Tu crítica es más que bien recibida: el que se pone en la palestra debe estar dispuesto a que ello ocurra. En tu caso, la crítica es constructiva y, ante eso no se puede hacer más que agradecer e indagar una vez más en los entresijos del poema. Prometo repasar los signos de puntuación (en un principio, el poema carecía de ellos). Si te parece, cuando lo tenga revisado te avisaré y te comentaré cualquier cambio.
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escupiendo intentando alcanzar...
y enfermo lejos del hogar. Sí, eso es sentir el vacío en vertical. Yo también lo he sentido, algunas veces, con un piano de fondo. Sí.
Abrazos
wow, que intenso lo que he encontrado...me gusta, sigo leyendo...
un beso
Adr,
tu presencia por aquí ya es como la del familiar que siempre está por casa. Gracias por ello, me alegro de que mis poemas te lleguen y de que te gusten.
Bohemia,
bienvenida por estos lares, decoras el espacio con esa imagen que usas de perfil y con tus palabras.
Algunas veces, la vida es una enfermedad. Padezco de existencia. Me encuentro lejano, tan lejano que me topo con este poema y, de repente, plenamente identificado, veo dos siluetas en el horizonte dibujadas por nubes y montañas. No estoy tan solo, ni tan enfermo... prometo volver.
Gracias por el texto. Me dio ganas de escribir, que es lo mejor que me puede pasar cuando leo.
Abrazo.
Hola, Eduardo.
Da gusto pasar por aquí a visitarte y disfrutar de tu maravillosa casa, y por supuesto que de este poema tan singular e intresante, con ese final que es como un retorno al origen y que le da redondez a todo.
Yo también me he sentido así, lejana y enferma.
Un gran saludo.
Después del comentario de Rosa Silverio, a la que tanto admiro, poca cosa podría añadir que no fuera pálida réplica. En fin...
Me parece una poesía con mucho cuerpo (y perdona que utilice el simil enológico) con esa especie de idea machacona que retumba en todo el poema y destellos que van quedando en la retina del espíritu a modo de breves calambrazos sonoros.
...Esa es la parte buena.
Y la menos buena, que, a veces, la puntuación (excesiva, a mi modo de ver) no coincide con el sentido esperado de la frase y hace tropezar la fluidez del verso.
Con todo, creo que hay un estilo muy personal que necesita muy poco para asentarse y seguro ha de proporcionarnos estupendos momentos literarios.
Un abrazo y perdona el tostonazo criticón.
Seseum, Rosa, Manolotel. Mil gracias por vuestra visita.
Manolotel. Tu crítica es más que bien recibida: el que se pone en la palestra debe estar dispuesto a que ello ocurra. En tu caso, la crítica es constructiva y, ante eso no se puede hacer más que agradecer e indagar una vez más en los entresijos del poema. Prometo repasar los signos de puntuación (en un principio, el poema carecía de ellos). Si te parece, cuando lo tenga revisado te avisaré y te comentaré cualquier cambio.