La Carretera.

Posted by Eduardo Flores | Posted in , , | Posted on 12:41


Cuando el gris, el color sin color de la ceniza marca el devenir de los días, se me hace harto complicado no mirar con cierto recelo a la techumbre de lo infinito.
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Las distintas realidades que nos acompañan a diario, como justicieros homicidas castillos de arena, se desinhiben del caso continuamente, y todo parece ir directito a la papelera de reciclaje, sin más esperanza.
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Ayer mismo charloteaba con una amiga sobre lo justo de la realidad. Pero qué realidad ni que ocho cuartos pienso yo. No es posible asumir que en estas malditas tres dimensiones todo vaya cargado de fugaces espejismos de alegría, distorsionando el amargor eterno que nuestra propia historia nos concede.
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El amor para toda la vida hasta ahora pilar inquebrantable, único conato de esperanza para mi persona; la raíz de todo lo bello y lo bueno de éste jodido planeta. Ahora resulta que no existe. Un sentimiento obsoleto, en total desuso por el único de los animales capaz de convertirlo en fuerza motriz de lo humano conocido, es decir, del universo. Y no es que lo diga yo que aún me aferro conscientemente a la torpeza como forma de vida, sino que veo es algo muy común entre mis semejantes más cercanos. Pienso que no saben de lo que reniegan; que es muy triste que la criatura inadaptada del primer mundo pueda confundir momentos frenéticamente emocionales con el amor sincero y exclusivo a un particular.
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Las muchas cuestiones interesantes que nos plantea “La carretera” de Cormac McCarthy, se presenta en los diálogos que entre padre e hijo se producen a lo largo del asfalto que les llevará a ninguna parte. La respuesta del padre ante las muchas dudas sobre bondad y vida del hijo acaba en la afirmación de que ellos dos “llevan el fuego” ¿Qué fuego? Acaso hemos de esperar a un nuevo cataclismo que nos afecte directamente para comprenderlo.
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¡qué falta de humanidad más humana! O sea, estúpida.

Comments Posted (1)

  1. Al final lo leere. Ya te comentaré. Hay otro libro antes, pero me dejaste con ganas de leerlo el otro día, y ahora más.