Días sin sal.

Posted by Eduardo Flores | Posted in | Posted on 13:05

Retomo la novela sin demasiado ánimo. En realidad me cuesta bastante ponerme, sigo un extraño ritual en el que el tabaco desempeña el papel más importante, por lo que pienso, el día que me plantee seriamente dejarlo, habrá que plantearse igual de serio el dejar de escribir. Por lo menos en un tiempito.
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Pero finalmente me siento y escribo. Cada día, nada más ponerme, escribo sin demasiada convicción; lento, torpe; busco palabras como bien se podría buscar margaritas en el desierto. Digamos que se trata de adaptar de nuevo, un día tras otro, la cabeza a la historia. A veces es inevitable, como hoy, interrumpir el proceso de escritura para no volverse loco. Así que no escribo una sola coma más. Es un buen momento para desandar el camino recorrido hasta ahora, de manera que me vuelvo al principio y me pongo a pulir. Pero el trabajo termina demasiado pronto y uno no puede evitar sentirse mal. Algo parecido a lo que sentía cuando estudiaba el bachillerato y me dejaba la preparación de un examen para el último día. Remordimientos podríamos decir.
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Me he puesto a leer mis últimos poemas, aún en el horno. No me convencen, en absoluto, y me pongo a retocarlos. Tacho pero no elimino. No es aconsejable desechar ni una sola idea. Quizá mañana el poema haya evolucionado y lo que hoy no vale mañana es ese verso que te hace cosquillas en el lóbulo de la oreja.
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Como se puede observar no está siendo un día demasiado productivo. Pero pienso que no escribir también es escribir, al menos, una manera de hacerlo con dedicación pues, escribir chorradas es tarea sencilla –esta entrada lo demuestra- . Sin embargo, identificar ciertos días como hoy puede ayudar a que la historia no se me escape de las manos, en el caso de la novela, o bien, que algún poema quede seriamente perjudicado para los restos.

Comments Posted (1)

  1. Estos días sin sal que dices son de mucha ayuda. No sabía que estabas gestando una novela. Te animo a que la dejes el tiempo que sea necesario, que macere lo suyo y maceres tus ideas en tu cabeza. A mí me pasó que incluso dejé apartada la mía más de un año.

    Esos periodos de tiempo son necesarios.

    Escribe historias en tu cabeza y cuando tengas los enlaces entre ellas vuelve al papel, no es un consejo que te doy, es lo que me pasó a mí.

    Abrazos