Eduardito hijo, que no te enteras (Reflexiones)

Posted by Eduardo Flores | Posted in , , , | Posted on 9:21

Pensé que me resultaría más fácil. Sentarme al filo de la mañana con las arterias a medio gas y la pantalla, latiendo a mis doce como anestesia local. Sencillamente, no sé por qué lo hago. Cada vez que se me antoja, rebusco entre mis libretas; paso hojas, poemas; aquí una pequeña pero grande corrección, allá una lectura descontenta. Busco aquellos, los por mi considerados mediocres intentos de poesía; los que, con razón de acero o sin ella aún siguen vivos en el papel, sin la sentencia de unos profanos bytes.

Sin embargo y sin una finalidad cierta, pero sin rincón para las dudas, es una terapia eficaz para lo que yo creo una vanidad monstruosa, un exhibicionismo legal pero igualmente ridículo. La Muerte Del Suspiro cumple de ese modo una frustración permanente. Alivia las incertidumbres de un presunto crecimiento en el arte de las letras.

Pensé que sería más fácil descubrir el motivo de plantar mis poemas en los latifundios virtuales.

A veces, me encuentro en el mismo punto en el que el soldado se bate, entre la rabia desesperada de abrirse paso a cuchilladas contra la adversidad, o deponer humillado sus armas, y entregar al tiempo la suerte de elegir el mejor destino posible. Al cabo, nada grave, se suele resurgir de la maraña. Como del aire nace una vez más una idea y de ella, un nuevo poema.

Las sensaciones que me producen, la construcción de algunos versos y su posterior publicación, varía en lo miles de momentos que habitan el proceso. Señalo por ejemplo, la angustia de buscar al abrigo de mis posibilidades, la palabra la expresión el verso, sencillos versos antes los ojos del lector; que cada verso componga un poema lleno.
La caduca satisfacción del poema finalizado y completo; la breve, la estúpida victoria de cortar y pegar para que el resto del vecindario comparta las vistas de mi tendedero de causas, azares, y luchas.

Con una nueva etapa, un look digamos conservador de la esencia pero renovado, La Muerte Del Suspiro, limitada hasta ahora sobretodo al verso, ha aprobado por los pelos su primer curso "blogal" (dispénsenme). Es hora de enmendarse en un segundo.

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