Del claustro al cielo.

Posted by Eduardo Flores | Posted in , , | Posted on 17:15

Queda en lo anecdótico, apilado dentro del saco de la experiencia, la tarde de ayer y sus momentos de poca productividad. La mañana de hoy sin embargo se ha encargado con creces de rellenar de euforia y palabras el espacio de la pesadumbre. No sé si una vez haya acabado todo, el resultado que espero, me brinde satisfacciones tan grandes como las de esta mañana en la que he trabajado como si el mismo Miguelico se encontrase a mi lado, dictando una a una las palabras que tratan de acercarse a su vida.

Recién he salido de darme un paseo por los pasillos de los claustros del colegio Santo Domingo de la Orihuela de 1.923. He podido sentir el frescor de los pilares que ennoblecen los pórticos mientras, de vez en cuando, asomaba al patio para mirar el mismo cielo que viera en su niñez de estudiante el joven poeta protagonista de la historia. Puedo decir incluso que, a pesar de mi ateísmo, he doblado las rodillas en acto de rezo, en la esquina barroca que ocupa la iglesia que se funde con el edificio del colegio. Por la misma puerta de la iglesia he salido al exterior, a la calle, y he girado a la derecha, rodeado los muros en dirección a la muela y una vez a la altura de la puerta de Lourdes he mirado a la izquierda, abarcando mi vista todo lo que ella daba de la calle de Arriba. He detenido la mirada en su número 80 y tras imaginar lo que podía estar ocurriendo tras la puerta he vuelto a mirar al cielo como hiciera en el claustro de las Universidades. De ahí, a mirar a lo alto de la muela y de pronto, han acudido de mis primeros días de soldado, los recuerdos de mis largas caminatas por tierras cercanas y por tanto, similares.

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